Los restos de la bestia reptante, muy bien conservados y casi completos, fueron encontrados en un nido de un dinosaurio saurópodo, el animal más grande que ha pisado el planeta, enroscados a un huevo recién eclosionado.
Junto a ellos, publica ABC. es, aparecieron los restos de un dinosaurio recién nacido, a punto de convertirse en cena. Una escena fascinante y real de la que los paleontólogos han sido observadores excepcionales. Como viajar al pasado.
El hallazgo, publicado en la revista PLoS Biology, fue realizado por investigadores de la Universidad de Michigan (EE.UU) y del Servicio Geológico de la India. “Descubrir un momento tan portentoso congelado en el tiempo fue muy emocionante”, aseguró el paleontólogo norteamericano Jeff Wilson, responsable de la investigación.
Al analizar el fósil, los científicos comprobaron cómo la serpiente, que podía medir unos 3,5 metros de largo, había rodeado la cáscara del huevo de dinosaurio. “Creemos que los huevos ya habían eclosionado y que la actividad atrajo a la serpiente hasta el nido”, añadió el especialista, en declaraciones divulgadas por la fuente ibérica mencionada.
Bocado de medio metro
El descubrimiento permite conocer más sobre la forma de alimentación de las antiguas serpientes. La que nos ocupa se ha denominado Sanajeh indicus y es algo distinta a sus familiares actuales. Las serpientes modernas de gran boca pueden comer presas de un tamaño considerable, ya que tienen cráneos móviles y amplias fauces.
Sanajeh sólo posee algunas de estas características, pero podía ingerir un saurópodo de medio metro recién salido del huevo. Las crías de estos dinosaurios medían la séptima parte de Sanajeh y sólo a partir del año de vida crecían lo suficiente para poder librarse de depredadores como ella.
Pero, ¿cómo se paralizó esta escena, propia de un taxidermista? Los huevos yacían en arenas sueltas y estaban cubiertos de una pequeña capa de sedimento.
Al parecer, “la sedimentación fue inusualmente profunda: un golpe de arena, probablemente a causa de una tormenta, dio lugar a la conservación de este espectacular conjunto”, explicó Shanan Peters, de la Universidad de Wisconsin.
El estudio también supone una nueva evidencia de que el subcontinente indio mantuvo lazos con las masas de tierra del sur durante más tiempo de lo que se teorizaba, ya que los “parientes” más cercanos a Sanajeh proceden de Australia.
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